El canto de la codorniz es uno de los sonidos más típicos del verano en el campo, pues coincide con la época de cría de esta especie. Las codornices forman parejas monógamas y construyen sus nidos en el suelo, entre la vegetación. La hembra pone entre 8 y 14 huevos, que incuba durante unos 18 días. Los pollos son nidífugos, como los de la perdiz, y abandonan el nido poco después de nacer siguiendo a la madre. A las tres semanas ya pueden volar y a las seis semanas son ya independientes.
La codorniz tiene una gran capacidad reproductiva, pues puede tener hasta tres nidadas por temporada. Esto le permite enfrentarse a la depredación y otros problemas como la transformación y pérdida de su hábitat por el cambio de uso del suelo, la intensificación agrícola o el uso de pesticidas.
Su voz es un símbolo de la biodiversidad y la riqueza natural de nuestros campos, que debemos proteger y respetar. A continuación te mostramos dos ejemplos de codornices cantando.
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