La inclusión del lobo ibérico en la Lista de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial ha supuesto una cantidad de daños incuantificables en las inmediaciones del medio rural.
Entonces comenzó la pesadilla de ganaderos y habitantes del medio rural.
Las CCAA “loberas”
La ganadería es el sector más sufre las consecuencias de la sobreprotección del lobo. Su población no hace más que crecer y con ella, los ataques. El malestar, la preocupación y el sufrimiento del campo es evidente y comprensible salvo para las autoridades, parece, pues han preferido darle la espalda antes que gestionar la población lobo.
Un riesgo para la seguridad vial
El lobo no sólo representa un peligro en el monte y en las aldeas, también en las carreteras. Un informe reciente del Centro de Estudios y Opinión Ponle Freno-AXA de Seguridad Vial reveló que desde 2020 hasta 2022 los accidentes en carretera con animales han seguido una tendencia creciente. El jabalí encabezó la lista de especies que más siniestros causó el año pasado (45,4 %) y Castilla y León se situaba como la autonomía con mayor siniestralidad.
El jabalí y el corzo protagonizaron más de la mitad de los accidentes causados por animales, algo que evidencia la importancia de la gestión cinegética. Sin embargo, desde la inclusión del lobo en el LESPRE, casi no se hace eco de los accidentes que este animal causa, pero no por ello son inexistentes.
Atropellos de lobo
Nos ha llegado esta grabación en la que se ve a un lobo agonizando al lado de una carretera en la que acaba de colisionar con un vehículo. El accidente habría tenido lugar al norte de Castilla y León o en el sur de Galicia
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